La lucha contra el desperdicio de alimentos va por buen camino. Según los último datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el derroche de comida se redujo en el último año un 5,7% con respecto a 2016, o lo que es lo mismo, cada español ha tirado a la basura 74,5 kg menos.
Esta buena cifra refleja una mayor reducción del desperdicio de platos elaborados debido a una mejor adaptación de las raciones cocinadas al consumo de los miembros del hogar, el uso de recetas de aprovechamiento o a una mejor gestión de las sobras.
Sin embargo, queda mucho margen de mejora. El mayor volumen de desperdicio alimentario lo protagonizan los alimentos frescos. Dentro de esta categoría, la fruta es la comida más desechada, pero la carne también sufre este problema.
Con el objetivo de mantener durante más tiempo la calidad de alimentos como la carne de vacuno, lo ideal es cocinarlos durante los dos primeros días tras su compra. Así se evitará en gran medida la posible degradación del alimento, manteniendo todas sus propiedades. Tal y como recuerdan desde la plataforma Carne y Salud, la carne es un producto fresco que se mantiene en buen estado un tiempo considerable en nuestra nevera (en torno a 4 días), si bien cocinada y conservada correctamente tendrá una mayor durabilidad.
De hecho, el informe del MAPA demuestra que el desperdicio se reduce notablemente cuando se trata de platos ya elaborados: un 20% menos que en 2016. Los platos con carne, por ejemplo, ven reducida en más de un 35% su tasa de desperdicio, por lo que se observa que preparar la carne y conservarla ya cocinada ayuda a reducir en gran medida el desperdicio en nuestros hogares.
A la hora de cocinar la carne para conservarla y que tenga mayor vida útil, Carne y Salud recomienda optar por métodos de preparación con un menor aporte graso, como la plancha, el hervido o el horno, tratando de utilizar menos frecuentemente la fritura o los rebozados.